UNA CLÁSICA EN ÉPOCA DE PANDEMIA

NUEVOS HORIZONTES


No hace falta repetir y recalcar que esto de tener que confinarnos por culpa de un peligroso monstruo diminuto, alias "COVID-19", es toda un sorpresa que nos cogió "con los calzones abajo"; no lo llegábamos a imaginar, ni siquiera, viendo pelis que ya sugerían una situación igual (claro, dicen que la vida misma es una peli de ciencia ficción...). Tragedias siempre han ocurrido, ya sea por causas naturales o por la "agraciada" mano del hombre, pero que ahora ¿ni siquiera los malos malotes puedan defenderse de este bicho?.

Toda esta introducción para llegar a un punto álgido que, a mí como artista, me abofetea cada día, y no solo desde que comenzó la afamada pandemia: y ahora, ¿hacia dónde nos dirigimos?...ya desde hace muchos años, la música académica (que la mayoría de los mortales conocemos como música clásica), ha venido navegando con un viento en contra que a duras penas permite mantenerse a flote en esta oleada de nuevas géneros musicales y la facilidad en la creación sonora.

Ya de por sí, ser músico clásico es toda un hazaña que genera cara de asombro en muchas personas que luego te preguntan: ¿ y a qué más te dedicas?... La pregunta del millón de dólares que si fuera por las mil veces que la he respondido, ya sería millonaria.

La cuestión es que interpretar repertorio académico necesita de muchas personas sobre el escenario debido a sus formatos compositivos, e incluso detrás de él lo que, para esta situación actual, ya denominan aglomeración: he aquí un punto coyuntural. Esta música, dicen, genera "magia" no solo por la genialidad de sus sonidos, dinámicas e interpretación, si no también por un no sé qué no sé dónde que se genera en un espacio donde hay tanta gente produciendo energía en movimiento (es como un torbellino que se va generando en cierto lugar y de un momento a otro arrasa con todo);  esto nunca podrá ser replicable a través de la pantalla de un ordenador, podría llegar a convertirse en algo superficial que no se puede palpar con los propios sentidos en conjunto y por ende, no calaría tan hondo.


Sin embargo, es genial ver cómo tantos músicos buscan la manera de asomar sus cabezas para no ahogarse y navegan por los formatos establecidos por la era digital, a ellos, todo el agradecimiento de mi parte por llevar un paso adelante nuestro género y demostrar que no estamos pasados de moda; sin embargo, siento que si no regresamos a los escenarios, ni la música, ni ningún otro tipo de arte, volverá a ser el mismo... en el buen sentido de la palabra.



Comentarios

  1. No hay por qué encontrar respuestas ya. Lo importante será que la nueva normalidad (como le han llamado) te encuentre en su ruta, agitando, interactuando, moviéndote. Más rápido de lo que imaginamos estaremos otro vez hablando de escenarios y producciones

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